Encontrando La Manera: Alumna de Primera Generación Lizbeth Salazar Sanchez

Lizbeth Salazar Sanchez es parte de la primera generación de su familia a asistir a la universidad. Foto cortesía de Paulina Mata

By PAULINA  MATA/Staff Writer

A través de la pantalla de su iPad, ella escribe “World Text and Image Notes” en cursive. Esperando para clase a empezar, Lizbeth Salazar Sanchez habla amistosamente con sus compañeros de clase.

Sanchez hace la universidad mirarse como algo facil. Sus rápidas notas contienen mucho detalle, y todavía logra participar en las discusiones de clase.

 Sanchez encaja perfectamente en la escena – pero a llegar a un aula de la universidad requiere mucho esfuerzo.

A los 18 años, Arturo y Maria Salazar emigraron a los Estados Unidos de México. Nomás podían hablar español y tenían poca educación formal. Solo llegaron con un sueño.

A los 18 años, Sanchez, su hija, empezó su propia trayectoria: la universidad.

Sin el privilegio de tener padres que asistieron a la universidad, Sanchez es una alumna de primera generación en UT Tyler, quien está determinada a graduar del programa de enfermería.
“Mis padres sacrificaron tanto por mí,” Sanchez dijo. “Si mis padres pudieron lograrlo, no hay forma de que yo no puedo lograr lo que estoy haciendo.”
ESFUERZO PARA EL ÉXITO
Sanchez nunca sintió ninguna presión por parte de sus padres a perseguir estudios superiores, incluso como la segunda hija mayor de emigrantes mexicanos. Pero eso no la detuvo de sobresalir en sus estudios.

Lizbeth Salazar Sanchez recoge basura como parte de un proyecto de servicio comunitario. La alumna de primera generación dice que está determinada a graduar del programa de enfermería. Foto cortesía de Paulina Mata.

“Mis padres nos dejaron hacer nuestras fortalezas o lo que nos interesaba,” Sanchez dijo. “Yo excedí esos límites. Fue algo que me asumí yo misma porque sabía que la única manera de ir a la universidad era si me iba bien en la escuela.”

Del principio, Sanchez sabía que ella quería perseguir estudios superiores. Ella tomó el trabajo escolar en serio para asegurarse de que ella tendría una oportunidad de éxito.

Sanchez sobresalió con buenas calificaciones en sus clases de honors y doble crédito en la escuela secundaria. Ella se graduó de Van escuela secundaria en 2022 como la primera hispana saltatoria en la historia de la escuela.
Sin embargo, no estuvo exento de dificultades.
“A veces era difícil en el sentido de que mis padres no podían apoyarme porque no lo entendían,” Sanchez dijo. “Y creo que eso es algo muy común para la gente que son primer generación. Tuvieron que resolverlo por su cuenta porque sus padres no tuvieron que pasar por esas luchas.”
La hermana mayor y cuñado de Sanchez, Edith y Esequiel Alcaraz, se convirtieron en “segundos padres” y la apoyaron durante todo el proceso de solicitud.
“Cualquier momento que necesitaba algo – porque ambos pasaron por todo el proceso de solicitud y FAFSA – me ayudaron mucho. Como, si Edith no lo sabía, Siqui podría saberlo. Si Siqui no lo sabía, Edith podría saberlo. Si no fuera por ellos, no sé qué habría hecho.”
Alcaraz, quien tiene un hijo de 1 año y trabaja como paraprofessional en la escuela secundaria de Van, fue una luz guía para Sanchez.
“Ella ha trabajado arduamente para llegar a donde está hoy,” Alcaraz dijo. “Lizbeth está totalmente dedicada a sus estudios y sus objetivos.”
Con sus solicitudes universitarias enviadas, Sanchez esperó ansiosamente mientras surgía un nuevo obstáculo: el dinero.

Sanchez sabía que, si ella quería perseguir su sueño de asistir a la universidad, ella no podría pedir a sus padres un solo dólar. No porque dirán que no, sino porque Sanchez “se lo debía a ellos.”

“Nunca quería pedirles dinero a mis padres, porque mi madre diría, ‘No tenemos el dinero,’” Sanchez dijo. “Nunca les dije que no los quería pedir, pero sabía que no quería. A este día, no he tenido que pedirles un dólar porque esto es yo devolviéndoles.”

Afortunadamente para Sanchez, sus calificaciones valieron la pena y le aseguraron multiples becas, incluyendo un lugar en UT Tyler’s colegio de honores.

“Creo que honestamente encontré la manera como les dije a mis padres que lo haría,” ella dijo.

ELIGIENDO A UT TYLER

Aparte de las grandes becas, UT Tyler parecía la opción obvia para Sanchez.

Toda la vida de Sanchez es en una pequeña casa en Van. Sus padres, tres hermanos menores y Alcaraz’s familia viven bajo el mismo techo. Aunque a veces puede ser estrecho, Sanchez no lo tendría de otra manera.

“Si nos ofrecieron una casa enorme con tantos cuartos, no creo que eligiera esa casa en lugar de nuestra,” Sanchez dijo. “Porque nuestra casa es un hogar, y nos ha unido a todos tan cerca.”

La proximidad de UT Tyler fue la ventaja para Sanchez. Podría continuar sus estudios mientras estar solo a 40 minutos en coche de casa.

“Amo a mi familia mucho. Entonces, no quería estar demasiado lejos. Quería estar cerca para poder ir a casa los fines de semana y verlos.”

El programa de enfermería de UT Tyler fue otra razón. Aunque Sanchez siempre supo que quería ir a la universidad, no estaba segura de a que dedicarse – hasta el nacimiento de su hermana menor, Marissa.

Marissa, ahora de 5 años, nació prematuramente y tuvo que pasar un tiempo en la UCIN.

“Prácticamente vivimos en el hospital para como tres semanas,” Sanchez dijo, en voz baja. “Y yo todo el tiempo me metería para andar con Marissa. Yo vería todas las enfermeras ayudarnos con ella. Me cambió la vida en la forma en que supe que esto era lo que quería hacer. Yo quería ayudar gente en la manera que gente nos ayudo cuando tuvimos que pasar por todo con Marissa.”

Y a pesar de lo aterradora que era la idea de la universidad, Sanchez fue capaz de encontrar comunidad dentro de UT Tyler.

Sanchez es parte del Colegio de Honores y su grupo estudiantil interno, LOGOS. Además de sus rigurosas clases de enfermería, ella toma cursos extras y participa en el servicio comunitario.

“Honores actualmente ha sido unos de los más fácil y más satisfactorio aspectos de la universidad en la manera que me ha ayudado adaptarme,” ella dijo. “Ha sido muy útil a conocer gente que tiene los mismos objetivos que yo.”

“Ella siempre se asegure que esta poniendo todo su esfuerzo en sus clases,” Israel Santhosh, un amigo de Sanchez dijo. “Muchas veces la verás en el edificio de la farmacia o en la biblioteca estudiando.”

Se conocieron en un honor curso de psicología durante su segundo semestre en UT Tyler. Rápidamente se unieron por su humor y sus cultos imaginarios.

“Hay muchas veces que voy a ella cuando tengo un tiempo duro en la escuela,” Santhosh dijo. “Ella es muy buena escuchando, y es muy divertido a pasar el rato con ella.”

SER PRIMERA GENERACIÓN

Como estudiante de segundo año en la universidad, Sanchez es más que lista para ayudar otros alumnos de primera generación perseguir educación superior.

“Siempre me ha gustado ayudar a los demás porque se que se pone difícil, especialmente cuando no entiendes algo,” ella dijo. “No importa lo ocupada que esté, siempre estoy dispuesta a dejar todo para ayudar a alguien más.”

Sanchez ha ayudado a muchos estudiantes de Van encontrar su camino en solicitudes universitarias. Sabe lo que es sentirse perdida en un mundo de jerga e incertidumbres.

“Aproximadamente del 44% de los estudiantes de UT Tyler son estudiantes universitarios de primera generación,” Sidney Wilson, Coordinadora de Éxito Académico de UT Tyler dijo. “Se está convirtiendo a una de las identidades más identificables en el campus. Es una locura, numeros tan altos, pero esa identidad es invisible. Y aunque se comparte, es algo unico para cada estudiante.”

Aunque el programa de primera generación es pequeño, Wilson hace todo lo posible para satisfacer las necesidades de todos los estudiantes, incluso si no son el estudiante tradicional de primera generación. Ubicado en el cuarto piso de la biblioteca, Wilson siempre está lista para ayudar a los estudiantes con becas y todo relativo a la universidad.

“La primera gen es tan diferente y tan única … tengo que tratar de localizar los puntos de necesidad que son comunes entre todos los estudiantes,” Wilson dijo. “Mi papel aquí es apoyar el bienestar académico de los estudiantes. Cada vez que se sienten perdidos … estoy aquí para ayudarlos.”

PARA MIS PAPÁS

Después de graduación, Sanchez planea entrar directamente en el trabajo.

“Quiero trabajar en el hospital de Tyler por lo menos dos años,” Sanchez dijo, determinadamente. “No  quiero parar aquí. Yo sé que quiero regresar a escuela. Si es una posibilidad, lo quiero hacer.”

Para otros alumnos de primera generación, Sanchez aconseja a “no tener miedo de preguntar a otras personas.”

“Creo que es un problema de la soberbia,” ella dijo. “También es miedoso, porque piensas que no hay otra gente que experiencia lo mismo, entonces te sientes apartado, pero pienso que lo mas importante es a no tener miedo de preguntar a otros.”

Aunque ella se está preparando a empezar el “Nivel 1” del programa de enfermería en la primavera, Sanchez no pierda vista de sus metas.

“Una de mis objetivos en vida es a comprar mis padres una casa. Creo que es mi objetivo mas gran – a devolverles por todo lo que han hecho por mí,” ella dijo.

Estar fuera de casa y de todos los que ama no es fácil, pero la idea de poder devolverlo a sus padres un día es lo que la motiva a seguir estudiando.

“Con todo el esfuerzo que ella está haciendo, va a lograr su sueño,” Maria, la madre de Sanchez dijo. “Ha sido difícil que ella no esté en la casa, pero sé que es por una razón, y estoy muy orgullosa de ella.”

Con lágrimas en los ojos, Sanchez cita una línea de su discurso salutatoriano, “Para mis papas que llegaron con nada y me lo dieron todo.”

“Les quiero devolver por todo que me han dado,” Sanchez dijo con una sonrisa. “Busque la manera, y lo logré.”